La bañera es un elemento decorativo de gran valor porque simboliza el descanso y el confort. Pero también ocupa un espacio considerable, dificulta el acceso a personas mayores y minusválidas e implica el derroche de un recurso tan valioso como el agua. Se puede entender fácilmente por qué cambiar la bañera por una ducha sigue siendo una tendencia en reformas de baño.
Los beneficios de cambiar la bañera por un plato de ducha incluyen la sostenibilidad y la reducción del consumo.
La reforma es sencilla y económica:
La rehabilitación de un baño puede abrumar a algunos propietarios debido a las complicaciones y procedimientos asociados con este proyecto. Sin embargo, las medidas requeridas para realizar el cambio de una bañera por una ducha son escasas en comparación con las requeridas para realizar una reforma completa.
Dependiendo del material utilizado, la instalación de un plato de ducha puede completarse en un día y comenzar a funcionar en cuestión de una semana. El precio del plato de ducha (que es una losa de piedra natural con algunos accesorios y apliques) es significativamente más bajo que el de una bañera, por lo que, si está en buenas condiciones, se podría revender para financiar una parte de la reforma.
Ahorrar agua:
En los últimos años, el racionamiento del agua ha cobrado importancia debido a la mayor concientización de los consumidores sobre la importancia de aprovechar los recursos hídricos. Entonces, es comprensible que una de las reformas más demandadas en la actualidad sea la sustitución de la bañera por un plato de ducha. Se puede ahorrar cientos de litros de agua al año mediante esta medida, ya que asearse en una bañera requiere alrededor de 50 a 60 litros de agua, mientras que hacerlo en una ducha aumenta el consumo hasta unos 200 litros.
Las tres décimas partes del agua utilizada se destinan a la higiene personal, lo que hace que este ahorro sea más evidente.
Medio Ambiente:
¿Qué es mejor, una bañera o un plato de ducha, considerando el ahorro en la factura del agua? El plato es una solución más responsable con el medio ambiente y el aprovechamiento de los recursos hídricos para los usuarios más comprometidos con el medio ambiente.
Es posible cuestionar si la producción de platos de ducha no representa una amenaza para el medio ambiente en sí misma. Afortunadamente, los nuevos platos están hechos de una combinación de resinas y carga mineral y tienen un acabado de gel coat altamente respetuoso con el medio ambiente.
Espacio:
El ahorro de espacio es otra ventaja de cambiar la bañera por un plato de ducha. Hay diseños de platos que ocupan entre el 50 y el 60 por ciento menos de superficie que una bañera convencional. El tamaño reducido de la habitación beneficia no solo al tránsito, sino también a la sensación de amplitud, ya que parece haber obtenido unos metros extra sin realizar obras de construcción.
Mantenimiento simple:
El plato de ducha puede limpiarse más fácilmente que la bañera debido a su superficie más pequeña y formas más sencillas. Si ha sido fabricada hace diez años o más, su material carecerá de propiedades antimoho o antibacterianas, por lo que su reemplazo por un plato de ducha será una ventaja inmediata.
Además, los nuevos platos de ducha también tienen un acabado rugoso que los hace más seguros, sin necesidad de usar tiras o gomas antideslizantes.